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Interacción humano-digital: adicción y totalitarismo… No es solo cuestión de pantallas

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El pasado 8 de noviembre se realizó la primera conferencia/debate del ciclo El psicoanálisis frente a la cultura digital a cargo de Josep Monseny. Más de 70 personas participaron en el encuentro de manera online y presencialmente. Se generó un debate muy interesante y los participantes se mostraron muy entusiastas de continuar reflexionando sobre este tema tan actual.

josep monseny_cultura digital

A continuación dejamos el texto de esta primera conferencia
Escrito por Josep Monseny, miembro del FPB

En una ocasión un niño de unos siete años, al llegar a la primera entrevista con el psicoanalista, le preguntó ¿cuántos amigos tienes? Después de pensarlo un momento éste le respondió vacilante “serán unos cinco quizás seis”, mientras se preguntaba a sí mismo cuál era para él la condición de amigo. El niño sonrió y con un aire triunfal le dijo que él tenía mas de cien amigos, siendo que uno de sus síntomas era la retracción afectiva y la dificultad para relacionarse con los compañeros de clase.

Es difícil encontrar personas que no se queden embobadas ante su iphone en cualquier situación como andar por la calle, en el autobús, en el restaurante e incluso en reuniones familiares o a la hora de comer, hasta en el trabajo. Hemos visto hasta algunos políticos en el parlamento atentos a sus iphones y no por razones de trabajo precisamente.

Muchas de esas personas intuyen vagamente lo inconveniente de esas conductas, lo escandaloso de esa afición desmesurada que no es que sea asocial, sino que crea una ilusión de socialización totalmente superficial.

Algunas personas intuyen que hay algo insano en esa cantidad de horas diarias que están colgadas de las pantallas e inician vagamente un plan de estar menos tiempo prendidos de ellas, algunas veces abrumados por los datos que la propia máquina suministra sin que nadie se lo haya pedido “ ayer usaste tu iphone una hora más que las tres que venias usándolo”. Lo más frecuente es que descubran que la máquina forma parte de su vida de una forma en que les resulta difícil prescindir de ella, algunos se escudan en necesidades de trabajo, pero la realidad tozuda se asoma en mayor o menor grado: sienten adicción por esos trastos. Pocos darán el paso lógico siguiente concluir que esos aparatos tienen algo de drogas.

Algunos profesionales “psi” ya han visto una nueva oportunidad de crear una oferta de terapia, incluso se ha creado un nuevo diagnóstico, la NOMOFOBIA (no-mobile-phone phobia). Bien está si un sujeto es consciente de que eso es un problema en su vida y quiere superarlo, pero se corre el riesgo de repetir una pauta del capitalismo, que no es otra que generar un problema con sus negocios y vendernos después la solución al problema que han creado, lo que resulta doblemente lucrativo. Hay miles de ejemplos de este tipo, como vender alimentos con altos porcentajes de azucares adictivos y después ofrecernos tratamientos dietéticos de todo tipo, lo mismo con la polución ambiental…

Por otro lado muchos “psi” hemos caído en la tentación de hacer atención psicoterapéutica a través de pantallas, de lo que les hablaré en un próximo post. No es fácil escapar al discurso dominante y menos si uno debe hacerlo en solitario.

Se ha hablado mucho de la pantalla, de la similitud de los adictos al narciso del mito, pero ellos en vez de verse reflejados en las aguas del riachuelo buscan compulsivamente que les devuelva su imagen ese espejo electrónico que son los gadgets. Recordemos que la atracción narcisista en el mito griego precipitó a nuestro héroe a la muerte, y es cierto que cuando se trata de adicciones siempre anda la muerte de por medio, aunque sea muerte lenta. Pero a veces puede llegar de forma rápida, como lo muestra el ejemplo trágico de aquellos candidatos a influencers, no pocos, que buscando capturar más seguidores se han precipitado al vacío por querer lograr un selfie más impactante que los otros.

Ese efecto narcisista es especialmente intenso, porque no sólo se trata de ver el propio reflejo, que en ocasiones se puede tornar odioso si la imagen no toma el aspecto esperado en nuestra imaginación, sino que hay algo más, se trata de que nos devuelva nuestra personalidad reafirmada, nuestro valor ensalzado,  como preguntaba la cruel reina Grimhilde: “espejo espejito ¿quién es la más bella?” y cuando el espejo respondía “ Blancanieves”, la reina, celosa, se alzaba airada contra el propio espejo. Lo mismo ocurre cuando Facebook nos devuelve una cantidad misérrima de likes, más misérrima si la comparamos con los que consiguen otros, entonces nos asemejamos a Grimhilde que esperaba más valoración que Blancanieves, lo que la convirtió en esa bruja fea y vieja que le lleva un fruto envenenado, respuesta cada día mas frecuente en internet, donde el veneno y la mala bilis circulan especialmente en los comentarios y las respuestas a las expresiones de los demás.

Pero los que se quedan en la reflexión sobre los efectos de las pantallas, se quedan solo en algunas de las razones más superficiales de esos efectos de adicción. Detrás de las pantallas hay algo más diabólico, su efecto adictógeno no es un azar, como nos descubre el excelente libro de James Williams, “Clics contra la humanidad”, ese efecto es buscado con ahinco por la industria electrónica, y por lo tanto buscado y programado; forma un trípode con los otros dos grandes motores de esa industria, el tráfico de datos personales y la  propaganda en lugar de información. Como señala J.Lacan en su seminario 21 “aquello que enfrentamos en lo político es un tipo de informaciones cuyo sentido no tiene otro alcance que el imperativo”

 Pero el primero es a todas luces el prioritario porque de él dependen en gran medida los otros dos.

Una usuaria de Facebook dice “mi móvil me recuerda que hace días no juego en el Candy Crash”, es decir le llama la atención. Como señala Williams, ese es el gran mercado que busca internet. El mercado de la atención es fundamental  en el  capitalismo actual, tanto por monopolizar  la atención en ciertos contenidos, como por hacer que el usuario no preste atención sobre otros hechos significativos; por eso los Clickbait (Cybercebos ) se colocan en el centro del interés de la industria. Esto en política es tan usado y es tan importante como las fake news. El caso paradigmático es el uso que hizo Trump de las redes, hasta llegar a la distracción permanente, desde los temas candentes y complejos sobre los que reflexionar, hasta tergivesar la realidad para conseguir su meta de alcanzar la Casa Blanca, (ver Miquel Pellicer, “La comunicación en la era Trump”.  )

Como dice el crítico cultural y pedagogo Neil Postman  en “Divertirse hasta morir”, que complementa al ya conocido Shop till you drop, donde destaca que se trata de comprar hasta la extenuación, una modalidad nos deja sin dinero y la otra, divertirse hasta morir, nos deja sin tiempo para las cosas verdaderamente significativas de nuestra vida.

Mantenerse distraído de lo que es fundamental para si mismo como sujeto es una de las consecuencias de las neurosis, el “obsesivo no está nunca allí donde se presenta”, deambula por las ramas lejos de donde se juegan las batallas decisivas de su vida y del porvenir de la humanidad, como Paris en la guerra de Troya. Por otra parte la histérica(o) se enajena  identificándose  “al espectáculo” e internet le ofrece un escenario multitudinario en el que perderse hasta no saber ni quién es ni qué quiere verdaderamente, pendiente de lo que quieren los otros y ofreciéndose como objeto de un canibalismo afectivo multitudinario, del que la televisión nos ofrece dosis masivas.

 Si estos extravíos  son algunas de las razones que justifican hacer un psicoanálisis para llevar al sujeto elegir lo que le es verdaderamente esencial en su vida, también es cierto que  eso contribuye a hacer del psicoanálisis un enemigo de ese capitalismo, que es en gran medida un capitalismo de evasión, que tiene la particularidad de que cuantas mas distracciones ofrece más insatisfacción genera…

Puedes leer el texto completo en la web del autor haciendo clic aquí

Las próximas fechas de la segunda y tercera conferencia serán:
28 de febrero 2022
9 de mayo 2022

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Etiquetas: , , , Last modified: 8 de abril de 2024
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